Una boda es una montaña rusa de emociones. Cada historia es diferente, los sentimientos que surgen durante la ceremonia, las carcajadas, las lágrimas de emoción, la euforia, los discursos improvisados por parte de alguien que os quiere y vence su lucha interna y os dedica unas palabras desde lo más profundo. Cada boda es distinta, por lo que si tengo que elegir entre un estilo cinematográfico elegiría aquél que me aporte todas esas subidas y bajadas de intensidad. Ser fiel a vuestro gran día es el mayor homenaje que os puedo hacer.